Tengo un problema con "la libertad"
Por Eduardo de la Serna
Como tantas palabras que tienen diferentes sentidos según se las pronuncien -«polisémicas» las llaman los que hablan difícil- la palabra libertad la usan todos, pero dudo que quiera decir siempre lo mismo. Desde el extremo de "hacer lo que quiero" hasta el "hacer lo debido", quedan en el medio muchas variantes y posibilidades.
Estando en una sociedad "liberal" (¿de qué «libertad» habla esa sociedad?), se da por supuesto que la libertad debe "imperar" para que las cosas estén bien. Y algo, o todo, está mal, cuando no hay libertad. Y para empezar bien provocativamente, me pregunto "¿qué posibilidad tienen de ir a Europa la gente de Solano? ¡Ninguna! No tienen «libertad» de ir por cuestión de dinero. La libertad o no, al menos entendida como posibilidad, está dada por el dinero, poderoso caballero. Los pobres, no pueden salir del país (casi como Cuba, ¿vio?). Del mismo modo que no pueden competir los microemprendimientos con las Multinacionales, ¿qué posibilidades de "libre" oferta y demanda tienen los pequeños frente a los poderosos? ¡Ninguna! Y otra vez hablamos de dinero.
¿Y qué decir de la «libertad de expresión»? Esa a la que todos tienen derecho según la Constitución. ¿Qué posibilidades tienen de expresarse los pobres en Solano? ¡Ninguna! Si hasta cuando se cansan de inundarse, de los cortes de luz o del gatillo fácil y hacen un corte del puente del arroyo Las Piedras los tratan de "negros" que impiden "mi libertad" de moverme.
Pero, ¿cómo? Si los pobres -esos que los medios, cuando les conviene y los tienen en cuenta, se ocupan de decir que han crecido- no pueden expresarse, ¿qué es la "libertad de expresión"? ¿O es solamente que los poderosos puedan decir lo que quieran? ¡Si lo hacen! ¡Si hasta pueden ir al Senado y les dan micrófono!
Dejo de lado la pregunta ¿quién los hizo?, aunque si aplico lo que me enseñaron en la militancia de los ‘70 de mirar a quién perjudica y a quién beneficia puedo sospechar quién hizo esos afiches lamentables. Dejo de lado que parece que está mal que los periodistas que están en un canal público cobren, como si los que están en los canales privados no cobrasen. Dejo de lado que nadie se molestaba cuando el canal 7 simplemente no existía Carlos Saúl mediante, y nadie celebra que ahora sea un canal que puede verse. Dejo de lado la pregunta de por qué algunos periodistas dejan canales como TN para pasar al 7. Dejo de lado el silencio de muchos de los que ahora se rasgan las vestiduras por el periodismo perseguido y nada dijeron por los periodistas desaparecidos; o callaron cuando Liliana López Foresi fue silenciada y censurada desde el menemismo a la fecha. Dejo de lado todo eso (aunque, ¿por qué debería dejarlo de lado?), y hasta dejo de lado una posible analogía del periodismo como una suerte de "sacerdocio laico", con sus púlpitos, su ‘palabra santa’, su intocabilidad (si hasta me acuerdo que en el viejo Código de derecho canónico uno quedaba excomulgado si le pegaba a un cura). Y así como celebro que sean investigados y condenados los curas pederastas, y no olvido que el tema de los "abusos" no es sólo un tema sexual sino también -y sobre todo- un tema de "poder", pues del mismo modo creo que estamos ante una pérdida de "poder" de parte de algunos intocables, inmaculados y sagrados personajes de la prensa. Si hasta dicen que Mariano Grondona fue seminarista. Y la verdad (y no me meto en las discusiones sobre el "poder" como las usa el feminismo, Foucault o Hanna Arendt; las uso en sentido popular), pues la verdad, me alegra que todo el periodismo pierda poder. Y que perdido el poder, tenga credibilidad por la "autoridad" que tiene la historia de cada uno o cada una. Y que se les crea o no, porque la historia los avala. Si para eso sirve un "juicio" simbólico, como el que hicieron las Madres, pues, bienvenido sea.
Al fin y al cabo, ya que -por ahora- no me dan la «libertad» de poder ver canales como me gustaría -la Mendoza de Cobos, de Vila y Manzano mediante-, al menos quiero ejercer la «libertad» de saber quién es cada uno o cada una y poder elegir no escucharlos, no verlos sencillamente porque tengo la libertad de no creerles nada y correr por un paraguas cuando dicen "buen día".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario