Hace ya un día ya que apagué el televisor y no lo volví a prender. Escuché música, toque la guitarra y fumé en silencio. Mi familia tuvo que soportar lo peor de mí, el mutis, la ausencia, una rabia contenida que transpiré todo el día de ayer.
No encendí la compu y el Página que dejó el diariero hoy por la mañana, todavía está virgen de mi mirada. Solo he leído algunos blogs de mis cumpas del MPB desde el celu y me emocioné con muchos de ellos.
Fué mi mujer, al hacerme ver un video de "La mano de DIOS", la que destrabó mi emoción y lloré. Lloré como un chico, al que le quitan las figus en el cole, y amenazan con no devolverselas. Es un sentimiento extraño, porque lloro por mi, y lloro por él. Él, que siempre se repuso a todo, él que dado por muerto, siempre resusitó, por Dalma y por Gianinna, por el Benja, por mis hijos, por la taquicardia de mi mujer, por los hijos de puta que voy a tener que soportar en estos días, por los miserables que intentarán hacer leña del árbol caído, olvidándose que él siempre se levantó y nos levantó.
Ya está, creo que puedo seguir ahora que lo dije. Miles de letras se volcarán por esto, pero quiero dejar bien claro, que este gallina, siempre lo bancó y lo bancará siempre.
Creo en Diego.
Futbolista todopoderoso, Creador de magia y de pasión. Creo en Pelusa, nuestro D10s, nuestro Señor. Que fue concebido por obra y gracia de Tota y Don Diego. Nació en Villa Fiorito, Padeció bajo el poder de Havelange, Fue crucificado, muerto y mal tratado. Suspendido de las canchas. Le cortaron las piernas. Pero él volvió y resucitó su hechizo. Estará dentro de nuestros corazones, por siempre y en la eternidad. Creo en el espíritu futbolero, la santa Iglesia Maradoniana, el gol a los ingleses, la zurda mágica, la eterna gambeta endiablada, y en un Diego eterno.
Diego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario