Luego de leer la estupenda nota que mi cumpa Marcelo De Angelis escribiera en El Noticialista (recomiendo su lectura), algunas ideas surgen como resultado lógico de ésta.
Ya no es una cuestión de cipayos o vendepatrias, de golpistas o desestabilizadores, de buenas o malas personas (todos sabemos donde colocar a cada uno), es solo un elemental razonamiento que se desliza de la lectura de una recopilación de acontecimientos y discursos que puestos todos en fila parecen más un detalle de la mediocridad reinante y de la crispación que envuelve a los cultores del "no se puede", que uno podría leer como un "no quiero que se pueda".
Es que ninguna persona que friamente escucha o lee las declaraciones de estos emisarios del horror, que ni siquiera pudieron generar el tan conocido efecto de la profesía autocumplida, puede dar crédito, si no es por obstinación, a una palabra o idea (desconozco) que surja de esta bolsa de gatos muertos de hambre.
No pudieron predecir, si no anticipar, el más mínimo curso de acción de nuestra Presidenta. No pudieron generar siquiera las condiciones mínimas necesarias para que sus dichos tomaran verosimilitud.
Si yo fuera anti K, estaría muy preocupado, terriblemente preocupado. Y si mi odio fuera tal que no soporto más a Cristina y sus ordas peronistas, estaría, como en otros tiempos, haciendo la cola en alguna embajada.
Claro que para eso, debería estar tan ciego como los "analistas" y los profetas de la condenación.
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