No voy a negar que uno lee estas noticias con el mismo entusiasmo que hojea una revista Hola, Gente o Caras en el consultorio del dentista. Que está tentado a hacer leña del árbol caído y agarrarse de estos datos para con ellos hacer una nota, pero ocurre lo mismo que con las revistas, por lo menos a mí, me da vergüenza confesar en público que las leí.
Wikileaks pone en el tapete nuestra idea de soberanía. Si, soberanía.
Ustedes pensarán que se me subió el kirchnerismo a la cabeza y que estoy dando al tema una connotación ideológica que no corresponde, incluso que me fui a la mierda.
Pues no. Resulta que tomar en cuenta los chusmeríos baratos instalados por este sitio y vendidos al mejor postor como las fotos de la última estética de Victoria Beckham, nos pone en ese lugar de cholulos y nos detiene en las formas y no en el fondo de las cosas.
Darle importancia al decir del imperio, sabiendo las fuentes que utilizan, es decididamente inconveniente y habla de nuestra cultura subdesarrollada.
La historia en estos años, en Argentina, ha tomado un carril distinto, nos lleva a ser más reflexivos, observadores, analíticos, críticos y fundamentalmente más profundos. No podemos decir de San Martín solo que "cruzó los Andes". Eso durante muchos años de nustra historia fué la historia oficial y nosotros estamos aquí y ahora para cambiar eso.
Hoy Página/12 me defraudó.
Me voy a leer Cosmopolitan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario