El conjunto de opinólogos de todo (y de gestión nada), Elisa Carrió, Julio Cobos, Francisco de Narváez, Felipe Solá y Ernesto Sanz ayer hicieron lo me mejor (?¿) les sale, pedir, con dedo acusador, que truene el escarmiento para los que, haciendo uso de las prerrogativas del poder, hacen abuso de las mismas y bla, bla, bla. Un japonés, si no tuviera cosas mejores en que ocuparse, diría que están hablando de ellos mismos, pero el epicentro de las críticas van hacia el Secretario General de la CGT, Hugo Moyano.
Justicia o impunidad. Así planteó la cuestión, el precandidato a un papelón más, Ernesto Sanz. A Biblita se la vió reir de felicidad y De Narvaez estaba bordó de sed de justicia. Mientras tanto, el patrón de todos ellos, el multimedio díscolo de las leyes, sale a blandir las banderas de la libre expresión y se siente amenazado y presionado por el gremio que, harto de tanto disparate mediático, reacciona ante una campaña que estas horas nadie discute y queda expuesta en cada titular, en cada copete o solapa en su canal de noticias.
Lo cierto de todo esto, es que a partir de una denuncia que, al estilo Wikileaks, se basa en recortes periodísticos, un mamarracho.
La causa en la que se investiga una cuenta en Suiza del titular de la Empresa Covelia, Ricardo Depresbiteris, involucra a Moyano por esas notas periodísticas. No hay una sola mención de su patrimonio, ni de otra cuestión que no sea su presunta vinculación, nunca probada, con Covelia. Y lo peor es que esas especulaciones se basan en recortes periodísticos de, ya sabemos que medios y de vaya a saber que fuentes.
Un bochorno.
Justicia o impunidad. Así planteó la cuestión, el precandidato a un papelón más, Ernesto Sanz. A Biblita se la vió reir de felicidad y De Narvaez estaba bordó de sed de justicia. Mientras tanto, el patrón de todos ellos, el multimedio díscolo de las leyes, sale a blandir las banderas de la libre expresión y se siente amenazado y presionado por el gremio que, harto de tanto disparate mediático, reacciona ante una campaña que estas horas nadie discute y queda expuesta en cada titular, en cada copete o solapa en su canal de noticias.
Lo cierto de todo esto, es que a partir de una denuncia que, al estilo Wikileaks, se basa en recortes periodísticos, un mamarracho.
La causa en la que se investiga una cuenta en Suiza del titular de la Empresa Covelia, Ricardo Depresbiteris, involucra a Moyano por esas notas periodísticas. No hay una sola mención de su patrimonio, ni de otra cuestión que no sea su presunta vinculación, nunca probada, con Covelia. Y lo peor es que esas especulaciones se basan en recortes periodísticos de, ya sabemos que medios y de vaya a saber que fuentes.
Un bochorno.
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