La necesidad casi sociológica de rever las posiciones que algunos periodistas tenían, en función del cambio de paradigma y la incipiente victoria en la batalla cultural que impuso el kirchnerismo, no descarta resabios de cinismo propios de su misma esencia. Tal es el caso de Eduardo Van Der Kooy en su editorial de hoy "Un maquillaje para ir por la reelección", en el diario del clarinete.
La oposición, con sus voceros mediáticos a la cabeza, comienza lentamente a replegarse en la lógica de darle una cierta legitimidad a las medidas de gobierno (aquellas que son innegables y consitan mayorías de aprobación entre la población), y dan un giro en el aire para proponer mejoras, profundización o retruécanos a lo ya hecho (de que se les caiga una idea propia, ni ahí).
Otra posibilidad, nunca dejada de lado, es la mentira promulgada como hecho objetivo, mencionando fuentes invisibles o dejando a la consideración de la imaginación del escucha, lector en este caso, una verdad de perogrullo que repiten hasta el cansancio cual si fuera mito urbano.
Las encuestas nunca son lo que se dice, hay intereses en todos lados (menos en sus decires, ellos son independientes, viste?), son víctimas de "todo tipo de extorsión", Morales Solá es muestra de ello???. Resulta que ahora le plantamos nosotros un pasado de amistad con Luciano Benjamín Menendez en su Tucumán natal y una vida al servicio de la sinarquía globalizadora internacional. Los números que el gobierno difunden, nunca son ciertos. Esta vez no es el INDEC sino el Sistema Nacional de Información Criminal, a los que nuestro bueno de Van Der Kooy, vuelve a contraponer con estudios privados que desmienten las cifras oficiales olvidando, que dichas cifras concuerdan con las de la ONU.
Otro apartado lo componen los "cuestionados", llamese Guillermo Moreno, Martín García, Hugo Moyano, Héctor Timerman, o cuanto tipo se le pare de manos a sus intereses a lo que ellos representan.
En definitiva, Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner nunca es lo que es, siempre es otra cosa. Alguna vez fue la pujante senadora de Santa Cruz, que devino a Primera Dama y ahí nomas, perdió la pujanza. Luego fue Chirolita de su marido (lugar que heredó del mismo Néstor con respecto a Duhalde), fue mujer golpeada, bipolar, engañada, crispada, y muchos otros epítetos que por efímeros escapan a mi memoria. Lo que nunca fue, es lo que el 60 % de la población ve en ella ahora que se están cayendo las caretas y la fuerza de su gestión se eleva por sobre las pequeñeces de sus detractores de siempre (ver post anterior), Presidenta electa con el 47 % de los votos en 2007 y candidata natural para su reelección en 2011.
coincido, muy bueno
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