Uno resuelve tomarse un poco de reposo, apenas dos días, y termina todo a las apuradas, mete 2 mudas en un bolso y a escaparle a la rutina de un fin de semana leyendo y viendo películas en buenos aires. Este fin de semana leemos y vemos películas en Miramar. Salimos tipo 7, cosa de ir tranquilos, disfrutando ya desde el inicio del viaje.
-Paramos en Dolores a cenar-. Dale.
La autopista Bs. As. - La Plata, como en plena temporada.
Hora y media despues, llegamos al peaje de Hudson, luego de haber leído en forma de novela de suspenso, como me iba a proximando al Estadio Único de La Plata.
El retraso modificó mis preferencias gastronómicas, ya que pasamos por Dolores 10 y media y ahí estaba todo cerrado. Me tuve que contentar con unos mates con bizcochitos. A partir de ahí, la ruta se acelera y uno tambien, ya las ilusiones de ir tranquis, disfrutando de la ruta, se transforma magicamente en: "quiero llegar".
A eso de las doce pasamos por Camet, !ya llegamos!. En realidad para minutos más de viaje, pero por esa cosa que me debe venir de la infancia, llegar a "La Feliz" significa: "ya llegamos".
Fuerte fue mi sorpresa al ver la plaza tomada por las naves invasoras, al decir de Oesterheld, faltaba que solo me nevara muerte y nos saludara un Dedos. En la entrada a Mar del Plata, justo frente al destacamento de policía y metros antes de la rotonda de Constitución nos recibían tres monstruosos carteles publicitarios que grafican la nota y confirman mis temores, no lo soñé. En primer plano, CC con Biblita a la cabeza. Pegadito, Duhalde nos dice que hay candidato y sus ilusiones al respecto y el tercero, con una muestra de que no iba a ser una noche fácil, el niño Mauricio con un cartel que a juzgar por su medición actual, bien podría ser que me lo dijera a mi, "Bienvenido Presidente". Le dí las gracias a Mauri y seguí viaje.
No se si fue la falta de ingesta decorosa, el trio tan mentado que pueda haber caminado por estas playas del Sur, o puro miedo ancestral a lo desconocido, pero pase muy mala noche, pesadillas, sudor frío, calor, todo junto.
Por las dudas, sellé todas las ventanas y dejé mis guantes y mi escafandra a mano.
Mas allá del mal trago que seguramente te causó ver esos carteles. La mención al Eternauta me gustó.
ResponderEliminarE insisto con lo que dije al ver las fotos de MDP, Perón se debe estar revolcando en su tumba.