Llamen a silencio al anciano

La fascinación que siente Mariano Grondona al escucharse lo lleva muchas veces, por no decir todas, a convertirse en una caricatura de lo que fue, en un mamarracho lleno de frases hechas y casi ningún contenido real.

Su editorial de hoy en La Nación, comienza con una afirmación que le va como anillo al dedo: "nunca compres lo que vendes", con el que, ustedes entenderán, da prólogo a una diatriba destinada a Nuestra Presidenta, que llega hasta el exceso de preguntarse si "¿Cristina ya perdió?".

Luego de instalar la pregunta arrremete con la retórica de que el kirchnerismo intenta bajarse de las Elecciones Primarias Obligatorias, asegurando que "a menos que el oficialismo, que ya está arrepentido de haberlas convocado, consiga abortarlas a último momento".

Luego vuelve sobre el oximoron de una virtual vicejefa de gobieno porteño que admite que duda en votar o no a Cristina sobrándole lo que a ojo de Grondona le falta a nuestra presidenta "realismo y humildad", virtudes estas que exceden las posibilidades del PRO y por poco le producen a Vidal una explosión masiva de globos en su cara.

Por último, deja la lección de cada editorial y utiliza la palabra que peor suena en labios de Mariano, pueblo.  Es como escuchar a la condesa de Chikoff decir culo.

Por favor, llamen a silencio al anciano.