Lo dicho. Ayer el electo gobernador de Córdoba, Juan Manuel de la Sota, dió la primer puntada, mencionó al Gobierno sólo para señalarle que "está dispuesto a colaborar para unir, no para dividir".
Rápidamente clarinete recogió el guante y tituló: "El triunfo de De la Sota apunta a consolidar un peronismo anti K" y sus socios de La Nación atraves de su vocero más gorila, Rosendo Fraga, se despachó con un "El nuevo rol de De la Sota".
Ahora resulta que cada uno que gana una elección en su distrito, es mostrado como condicionante a la candidatura de Cristina para Octubre, como si alguno de esos personajes se hubiera animado solo a presentarse en la Primarias de Agosto. No voy a hablar de Macri en particular, dejemosló disfrutar de sus merecidas vacaciones, pero todos estos son guapos de lechería.
Ahí tuvo que salir al cruce, le cuesta poco, nuestro lenguaraz jefe de gabinete Aníbal Fernández, "... yo le diría lo mismo exactamente desde este lado, porque nosotros no tenemos ningún objetivo de dividir a nadie".
Lo cierto es que mientras escribo estas líneas, veo el primer titular del renovado sitio de La Nación: "El kirchnerismo intenta subirse al triunfo de De la Sota". El título, como corresponde a este nuevo movimiento independentista periodístico que desvincula, cuando no desmiente, el titular con el contenido, nada dice de esto, sino que se ganaron tres intendencias en las que el FPV puso candidatos, en las municipalidades de Villa María, Leones y Villanueva.
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