¡¡¡Que termine de una vez!!!
Eduardo de la Serna
a Hebe
En lo personal, soy "discutidor", y me gustan los debates. Escuchar ideas, respuestas, propuestas y contrapropuestas, un aspecto que nunca había pensado, sus pro y sus contra. Ayuda a pensar, ayuda a ver variantes, ayuda a relativizar posiciones, a respetar a los otros, ayuda a hacer más sólidas alguna de las convicciones y también, por qué no, a mostrar inconsistencias propias o de otros... Es verdad, que algunos confunden debate con pelea, y entonces se busca aniquilar o silenciar al otro, o gritar más fuerte, o -quizás como signo de debilidad, o de excesiva fuerza- se rehuye el debate. Los debates son habituales (y entiendo que obligatorios) en muchos lugares, y creo que fue un debate el que terminó de decidir a la mayoría a votar por Ollanta ante Keiko, en Perú. Pero... cuando no se puede, no se sabe o no se quiere debatir, cuchas cosas me provocan hastío. Y hasta algo de miedo. Por eso quiero que termine de una vez el tiempo preelectoral, que de una buena vez lleguen las elecciones, porque ante la ineptitud de algunos, las cosas toman otro rumbo:
- empiezan a proliferar casos que amedrentan a la sociedad, con sobreexposiciones mediáticas en los que casos policiales terminan siendo causa nacional;
- se empieza a "politizar" cada cosa que pasa, desde un accidente vial a temas sindicales;
- empiezan a destaparse supuestas ollas de corrupción en uno y otro lado que quedan en nada después de las elecciones mientras las aves de rapiña sobrevuelan en círculos sobre un aparente cadáver;
- empiezan los raid por todos los medios orales, escritos o televisivos de cualquiera que tenga algo que decir en contra de otros, aunque el único mérito del personaje en cuestión sea haber asesinado a sus padres y mordido la mano que le dio de comer.
Cuando lo único que se muestra es terror y "politiquería barata" con buitres peleando por un poco de carne podrida, me provoca nauseas. Nauseas la escena, nauseas los buitres, nauseas la carne podrida. Es verdad que los carroñeros son necesarios en el sistema ecológico, y se pelean por los pedazos sobrantes, simplemente es importante saberlo, y no confundir un ave de rapiña con un león; ni un chacal con una leona.
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