Haciendo periodismo d anticipación y para que usted no quede como un párbulo ante la cara de desconcierto de sus futuros nietos, les copio una nota que saliera en revista y blog amigos que es por demás ilustrativa y responde a las más elementales preguntas que uno debe saber para quedar como un abuelo piola.
INDEC: Del mito a la razón estadística
Por Norberto Itzcovich
Director Técnico del INDEC
En los últimos cuatro años el Instituto Nacional de Estadística Censos (INDEC) viene siendo objeto de un sostenido ataque por parte de los medios de comunicación, al punto que se ha hecho habitual en la fauna televisiva, gráfica y radial, la presencia de supuesto expertos en temas estadísticos, sociales y económicos que, de un lado, cuestionan al INDEC y, de otro, promocionan su empresas de consultoría.En primer lugar veamos qué es y qué hace el INDEC.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos es el organismo público que unifica y ejerce la dirección superior de todas la actividades estadísticas oficiales que se realizan en el territorio de la República Argentina, como cabeza del Sistema Estadístico Nacional, que es absolutamente federal. El mismo está integrado por las Direcciones de estadística de cada jurisdicción o provincia (incluyendo la de la CABA) y por los departamentos de estadística de los distintos ministerios nacionales. La creación y funcionamiento del lNDEC está regulada por la Ley Nº 17.622/68.
Si bien el Índice de Precios al Consumidor del Aglomerado Gran Buenos Aires (IPC-GBA ) ha tomado notoriedad en lo últimos años, el INDEC trabaja en más de 100 programas estadísticos: desempleo, pobreza, comercio exterior, balanza de pagos, productos industriales, censos de población, son algunos de ellos.
¿Cuál es la razón por la que un organismo como el INDEC, que hasta no hace mucho tiempo atrás era totalmente desconocido por la mayoría de la población, ha cobrado semejante nivel de notoriedad? ¿Qué intereses anidan tras la embestida que viene sufriendo el Instituto y, a través del mismo, el Gobierno Nacional? Sencillamente, desde que en el año 2005 se decidió ajustar parte de los bonos de la deuda pública argentina por el CER (coeficiente de estabilización de referencia), que está basado en el IPC-GBA, comenzó el ataque.
En efecto, cuanto más alta sea la "variación de precios al consumidor publicada por el INDEC, más redituable es la tenencia de bonos para el sector financiero, bonistas, acreedores internacionales y sus voceros y clientes internos y externos como ciertos organismos internacionales, consultores, incluyendo a ex funcionarios.
Por esta razón, sumada a razones políticas con intenciones desestabilizadoras, se trata de promover, desde los medios de comunicación monopólicos, el fantasma de la inflación. Intencionalmente se trata de confundir el índice de precios de bienes y servicios de consumo (IPC) que publica el INDEC (que es un índice de canasta fija) con la inflación (que implica tener en cuenta muchas más variables y precios de la economía, entre ellas el precio del dólar); o con el costo de vida, que tiene relación con la sustitución de bienes que realiza cada individuo y, en consecuencia, es imposible de medir.
Cabe recordar que a lo largo de la historia argentina, se utilizó el tema de la inflación para desestabilizar a los gobiernos que mostraban debilidad respecto de la situación de determinadas variables macroeconómicas.
Bien distinto es el caso del gobierno nacional y popular que desde 2003 hasta la fecha ha tomado diferentes medidas de política económica para permitir mantener sólidos los pilares del modelo: por un lado el superávit fiscal (es decir que el Gobierno cuenta con más recursos de los que gasta) que permite a su vez disponer de recursos para desarrollar las políticas de inclusión social; y el superávit comercial (las exportaciones superan a las importaciones) que posibilita mantener una entrada de dólares que a su vez impide que los sectores financieros, en el marco de una crisis internacional profunda, desaten una corrida cambiaria, situación bien conocida y padecida por millones de compatriotas.
Volviendo a los temas del INDEC y especificamente a los del Índice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires, podemos exponer muy brevernente qué es lo que ha ocurrido en los últimos años.
A mediados del año 2006 el Gobierno Nacional comenzó a notar ciertas irregularidades en el desempeño del INDEC. En efecto. mientras las autoridades nacionales implementaban medidas como acuerdos generalizados de precios para algunos sectores específicos, sospechosamente ello no se reflejaba en el índice. Además, se publicaban aumentos que no se condecían con las condiciones de mercado.
Dicha situación era consistente con la defensa de intereses espurios, funcionales a los tenedores de bonos de la deuda y sus socios locales e internacionales.
Paralelamente, otras áreas del INDEC seguían funcionando como si fueran consultoras privadas en lugar de responder a un plan estadístico al servicio del proyecto nacional que permitiera a las autoridades seguir ejecutando políticas a favor del desarrollo económico y la inclusión social.
Así, algunos responsables de áreas del INDEC que manejaban información sensible hacían sus "negocios" y el INDEC se veía impedido de hacer su trabajo, como era el deseo de la amplia mayoría de los trabajadores del instituto.
Ante esta situación, en el año 2007, el Gobierno decidió tomar medidas nombrando nuevas autoridades en el INDEC. Primero especificamente en la Dirección de Índices de Precios de Consumo y, luego, directamente en la Dirección del instituto. En ambos caso. se trató de personal con inmensa trayectoria en el sector público y en los temas específicos. Dado el compromiso militante de las Lic. Beatriz Paglieri y Ana Edwin, desde los medios monopólicos se comenzó con la campaña para presentarlas peyorativamente como "interventoras", siendo ambas nombradas según la normativa correspondiente.
Inmediatamente se comenzaron a tornar acciones para poner al INDEC al servicio del Estado y no de intereses privados. En el IPC-GBA se volvió a cumplir con la metodología estadística establecida, corrigiendo los "errores" que intencionalmente se habían introducido para sesgar el índice al alza. Se volvieron a medir los productos y servicios realmente representativos del consumo de la población (hasta entonces se medía, por ejemplo, el salmón rosado, la castración de gatos, las rosas importadas, los viajes a Miarni y Cancún o el café en grano y el molinillo). Además, el área representativa debía ser todo el ámbito del Gran Buenos Aires y no sólo en las zona de altos ingresos como Palerrno o Barrio Norte, hacia donde se había sesgado la muestra.
Los demás programas del instituto también fueron objeto de mejoras metodológicas de acuerdo a las mejores prácticas internacionales, permitiendo al INDEC actualizar sus metodologias y procesos de trabajo, abriendo y transparentando su producción estadística tanto al interior del organismo como a los demás miembros del sistema estadístico. Esta política estratégica ha permitido también incrementar la participación del INDEC y sus técnicos y profesionales en el ámbito internacional, tanto con organismos internacionales como con los institutos más prestigiosos de otros países del mundo.
Se han escrito muchos mitos sobre el INDEC, la gran mayoría de ellos absolutamente infundados, basados en intereses económicos, personales y políticos ajenos a los de las mayorías populares. Las autoridades del organismo y la casi totalidad de sus trabajadores seguiremos poniendo todo nuestro empeño para tener estadísticas públicas metodologicamenre serias y confiables al servicio del proyecto nacional y popular.
Nota publicada en Revista CAPIANGOS de Octubre/Noviembre de 2011 y levantada por indecquetrabaja.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario