El buen gorila olvida que al casarse, a él (que trabaja en blanco) EL ESTADO le pagó una asignación por matrimonio, y todos los meses otra para la esposa.
El buen gorila se olvida que el Estado le paga un salario familiar por hijo de 220 pesos sin ponerle ninguna condición.
El buen gorila no quiere reconocer que por sus hijos cuando nacieron, el Estado le pagó una asignación por nacimiento, y si van a la escuela, una asignación familiar al inicio de las clases.
El buen gorila esconde que a sus hijos el Estado les paga la asignación por estudio hasta los 23 años, aunque vaya a una universidad privada o secundario privado o primaria privada, a su vez muchas veces subsidiada.
El buen gorila manda a sus hijos a colegios privados religiosos y ahí sí que no le importa que el Estado los subsidie.
El buen gorila le compra a sus hijos PC , notebook y la play station para que estudien o boludeen, pero se enoja cuando el Estado les da a los estudiantes del secundario estatal una netbook para que puedan tener una buena educación, porque así representarán competencia para sus hijos.
Al buen gorila, le encanta que le subsidien su religión... porque cuando se va a confesar por todas las cagadas que se manda, al cura que lo atiende se lo paga el estado.
El buen gorila no piensa que todo ese dinero, también sale de los impuestos tales como el IVA que los pobres e indigentes pagan cada vez que compran sus pocos artículos de primera necesidad. A esos pobres que están en negro o a los que no les dan trabajo, el Estado les paga una asignación de 180 pesos por mes por hijo con la condición que los lleven a la escuela y tengan las vacunas al día, de ser así les pagan los 40 pesos por mes retenidos.
El buen gorila se hace el distraído y no reconoce que el verdadero privilegiado es él.
El buen gorila no quiere una sociedad más justa, pues si así fuera, en la repartija a ellos les tocaría menos. Porque el buen gorila además de ser gorila, cínico y medio hijo de puta… es un poco pelotudo.
“El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo.
Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo..”
Arturo Jauretche
Gracias Gerardo
Querido Daniel: Esta vez he sido solo un modesto transmisor. El texto me lo envió una compañera que, a su vez, lo recibió de otra compañera que...En fin: No hay quien se cuelgue la medalla,por ahora. Pero el texto es sensacional. Y el remate de don Arturo es para colgarlo en un cuadrito, Muy adentro del corazón.
ResponderEliminarSi, tenía toda la pinta de esas cosas que circulan por la red anonimamente, pero me llegó por tu lado por eso el agradecimiento.
ResponderEliminarDesde aquí, a quien se haga cargo de las líneas aludidas, mis felicitaciones.
Agrego más subsidios que la clase media disfruta sin considerarlos como tales. Son los que permitieron que la Argentina merced a sus populismos (otra palabra denostada) haya podido ofrecer un mecanismo de movilidad social mucho más eficiente que en cualquier otro país latiniamericano. Me estoy refiriendo a la educación pública, que durante el primer gobierno peronista pasó a abarcar al sistema universitario.
ResponderEliminarMenciono algunos ejemplos para entender que eso forma parte de un proyecto educativo que nos distingue en el mundo y nos debe llenar de orgullo.
En Chile el Estado otorga un crédito que puede tardarse 10 años en ser afrontados para el pago de los estudios universitarios arancelados.
En Colombia sucede lo mismo con el sistema de post-grado. Pero como en Colombia el Estado es aun más liberal que el chileno, presta plata para estudiar sin poner trabas dónde, sóle le interesa recuperar el dinero prestado. Como consecuencia de ello estamos viendo colombianos por todos lados que vienen a estudiar a la Argentina. Sacan su préstamo y como la Universidades públicas argentinas están subsidiadas y cobras aranceles ínfimos, a los colombianos les resulta más barato destinar el crédito del Estado de su país a pagarse los pasajes y bancarse una estadía de 2 ó 3 años en Argentina, donde además saben que recibirán una formación de mayor calidad que la que tendrían en su país.
El pelotudo dirá "que no nengan a invadir nuestras universidades de otros países".
Con un mínimo sentido común debemos sentirnos orgulloso del sistema universitario subsidiado que conseguimos gracias nuestros populismos, porque eso nos abre las puertas a que cada vez más sectores sociales tengan más libertad para diseñar su futuro.