Mientras Gabriel Bober, delegado de ATE (cuando no), afirma que “el centro del problema está en el régimen de becas, por el cual los compañeros trabajan años sin estabilidad”. FALSO.
O sea, el problema no es el problema en sí mismo, como el mismo planteo. Si sos "becario", no sos "planta", ni empleado. Sos becario.
En la nota que sale ayer en Página/12, se hace eco de un reclamo que así, sin mediar otra cifra, parece coherente y justo, y ojo que no niego legitimidad del reclamo, sino que los mismos parten de un supuesto que no existía hace tan solo 10 años atrás. Si nosotros analizamos las cifras que aparecen en el artículo, podemos decir que aproximadamente el 50% se queda afuera en los concursos.
Sunescándalo diría algún abuelo con tendinitis.
Está bien que estos chicos reclamen. Pero también deverían saber que estos reclamos significan que estamos a años luz de donde estábamos hace 10 años cuando incluso se llegó a impulsar el cierre del CONICET a pedido del FMI. Hoy
los que casi cierran el CONICET cacarean en La Nación y Clarín viendo relaciones con la dictadura militar por todos lados. No me sorprendería verlos también acompañando la marcha de los becarios. ¿Será que estos chicos deberán entender también que lo de la "sintonía fina" es para ellos?
Hagamos un poco de historia.
El gobierno de la Alianza puso a Dante Caputo de Secretario de Ciencia y Técnica. Apenas asumió anunció un plan de reestructuración del CONICET que no era otra cosa que el cierre. Por eso la comunidad científica se movilizó contra lo que llamó el "Plan Kaput". El objetivo era que los investigadores se arreglaran yendo a golpear las puertas de las Universidades a ver si los tomaban. Desde las Universidad el que pergeñó esto fue Luis Alberto Romero, el hoy incansable defensor de las libertades y la calidad institucional y firme denunciante de cada viso de autoritarismo de este gobierno que no duda
en comparar con la dictadura militar. También el funcionamiento actual del CONICET (con Directores elegidos por los mismos investigadores) es para él, sinónimo de dictadura. Y la otra figura clave fue Andrés Carrasco, otro libertario de nuestros días a quien Caputo puso al frente del CONICET después de que Jacovkis renunciara en protesta por el "Plan Kaput". Carrasco duró lo que el gobierno de De la Rua y como lo pusieron los radicales, de la misma forma se tuvo que ir. (esto ya fue pubicado acá)
Por eso se parecen tanto las cosas. Esto de la marcha de los becarios me hace acordar a Cristina cuando les decía a los trabajadores de Aerolíneas que los boicot se llevan puesto a todos. Siempre hay boludos que se suben al tren sin
saber de que se trata y por detrás están los sólo quieren destruir por odio, resentimiento, no asumir su incapacidad, soberbia o todo eso junto.
En 1997 hubo 10.000 aspirantes y 162 ingresos. Luego hubo algún ingreso esporádico y entre 2000 y 2002 no hubo un nuevo ingreso. Para ingresar, después de tener una Beca del CONICET había que esperar por lo menos 2 años tan sólo que te evaluaran.
Desde 2004 se regularizaron los ingresos, a través de concursos anuales por primera vez en la historia del CONICET.
Hasta 2003 había poco más de 3.000 investigadores. Hoy hay más de 6.700.
A eso se refieren quienes hablan de cuello de botella. El sistema científico estimuló la formación de recursos humanos de maneras tan impresonante que resulta difícil captar a todos a través del CONICET. Pero hay muchísimas otras alternativas laborales, que no existían cuando antes, cuando la apertura del ingreso a carrera del CONICET (aun con cupos que cuando uno mira a la distancia histórica no sabe si reirse o llorar) ya era toda una gran noticia.
El verdadero problema es que hay un umbral de bienestar sobre el cual aparecen problemas que no sólo no existían hace pocos años atrás. Sino que ni siquiera podíamos llegar a imaginarnos que podían aparecer.
Esto podrá ser muy criticado por izquierda y muy usado por derecha, pero es una realidad insoslayable.
Gracias Gustavo
No hay comentarios:
Publicar un comentario