Primero fue lo de Néstor, que obviamente la tuvo en cama más de una semana mirando videos de recuerdos que pasaban por todas las señales de cable, y una gruesa de cajas de pañuelitos de papel.
Las lipotimias de Cristina, la mantuvieron en un estado de angustia casi constante hasta el anuncio del cancer. Hasta que la operaron mi casa materna ardía en altares improvisados en todos los ambientes. Acabó con todos los stocks de velas del barrio.
Todo salió bien, volvió la calma y la felicidad al hogar.
Y ahora esto.
A Agustina le molestan los ronquidos de Amado y lo intervienen para solucionarle una apnea de sueño. Justo a Amado que, aunque mi madre no me lo confiese a pasado a ocupar mi lugar del preferido. Lo ve más lindo, más inteligente, más flaco que a su único hijo, o sea yo. Debo confesar que nuestro vicepresidente es exactamente todo eso y yo no tengo chance alguna de emularlo, pero esa verdad no estaba revelada a mi madre hasta hace algunos años. Me llamó al borde del llanto para que le confirme que realmente el estaba bien en su casa y que era verdad que lo habían operado de ESO y no de un tumor maligno en el paladar.
Yo se las responsabilidades que tienen en el estado nacional todos aquellos que tienen el honor de dirigir los destinos de nuestra Argentina, a su vez, se que son humanos y están expuestos, como cualquier mortal, a tener algún achaque o dolencia y tratarlo oportunamente, pero los hago responsables de la salud de mi vieja. Ya no está para estos trotes.
Excelente post!!
ResponderEliminarAlejandra