Viejas discusiones que nunca acaban y se renuevan todos los días en casi todos los ámbitos donde me muevo.
El tema es así, viejos carcamanes, entre los que me cuento (por lo viejo , no por lo que pienso), y no tanto, ven el desarrollo de la juventud como amenaza a sus posiciones consolidadas o no, y los mueve una cuestión de supervivencia creo, y solo ven la paja en el ojo ajeno. Pero resulta que la jefa (eso nadie lo discute), baja una directiva y ahí, como no les sienta con sus miedos, comienzan a cuestionar y se olvidan que lo que dice la jefa no se cuestiona, y se olvidan que alguna vez fueron jóvenes y siempre esperaron que alguien les de la oportunidad. Les cuento que se nos pasó el cuarto de hora, aunque no nos guste.
Que La Cámpora esto o aquello, que los cargos de aquí y de allí. Falta que me empiecen a hablar de "la Caja" como la oposición y estamos fritos. En realidad no estamos fritos pero somos como las ranas, estamos en la cacerola y no nos damos cuenta que la temperatura sube.
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