Eduardo de la Serna
Cuando escucho hablar de “el Arte de Vivir”, se me ocurren muchas cosas. Las más variadas. Para empezar, pienso en ese maravilloso libro de Erich Fromm, “el Arte de Amar” (título tomado del clásico de Ovidio, aunque bien diferente, por cierto). Además, pienso en ese –también maravilloso- Sumak Kawsay, el “Buen Vivir” de nuestros hermanos indígenas andinos, que fuera incorporado en las constituciones nacionales de Bolivia y Ecuador, y tan reflexionado por varios teólogos y teólogas latinoamericanos recientemente (como puede verse y recomiendo leer en la Agenda Latinoamericana 2012; cfr. http://latinoamericana.org). Pero lo cierto, es que no puedo imaginarme un “Vivir” que no incorpore a mi vida a “los otros y otras”. Un vivir que se nutra de respiración y meditación, y no de “otros” me recuerda las “mónadas” aisladas del mundo. Individuales e individualistas. ¿“Yo” soy el centro de ese “vivir”? Como cristiano no puedo entender una vida que no se nutra del amor, y el amor supone “otro”. La “vida” pensada como “amor a mí mismo” se me asemeja más a una autocomplacencia que a un encuentro. Un “vivir” sin solidaridad no es la vida que yo quiero, ni la que nos han enseñado nuestros mártires.
Pero además, no puedo ignorar que en la “vida” hay quienes se empeñan en complicarle la vida a los demás. Hay opresores y oprimidos, hay víctimas y victimarios, crucificados y crucificadores. Y pensar que el crucificado puede bajar de la cruz sin que haya quienes los hagan bajar, es una burla. Por decir poco. La teología de la liberación, que se ha pensado a sí misma como “intellectus amoris” (pensar desde el amor), como “principio misericordia”, se plantea “bajar de la cruz a los pueblos crucificados”. Y no puedo menos que pensar que una “espiritualidad” (sic), un “arte de vivir” que sólo me incluya, que no sea “para-los-otros”, en especial para las víctimas, es muy conveniente -¡sumamente conveniente!- para los victimarios. Y una burla para los pobres y las víctimas. Sobre el "Arte de vivir".
Otras reflexiones menores
Que en las Escuelas porteñas entre "el Arte de vivir" es maravilloso, es "PRO"... que entre la política o el Eternauta, es avasallamiento de las instituciones, es "K".
Colombia aplica un modelo "neoliberal". Ese modelo comenzó con el ex-presidente Gaviria. ¿Quién fue su ministro de Hacienda? Juan Manuel Santos. La actitud de sus gobiernos es marcadamente belicista en nombre de la "Seguridad Democrática"; el momento cumbre fue el bombardeo en territorio ecuatoriano del campamento de Raúl Reyes, de las FARC. ¿Quién fue el ministro de defensa? Juan Manuel Santos. El único periódico de circulación nacional es EL Tiempo, ¿A quién pertenece? A la familia Santos. LA revista política más influyente es La Semana, ¿A quién pertenece? A la familia Santos. Sin embargo, Juan Manuel Santos ha comenzado un proceso de diálogo para la paz con la guerrilla de las FARC. Y nadie dice ¿por qué ahora? Y salvo los sectores Uribistas, nadie se opone, sino que todos miran con temor y esperanza el diálogo. No se escuchan preguntas como, ¿dónde estaba Santos antes? Lo que se mira con mucha ilusión y esperanza es el nuevo proceso que Santos ha comenzado. ¿Que su imagen estaba en franco descenso y esto lo ha vuelto a catapultar hacia arriba? Sin duda. Pero los colombianos miran la paz, y celebran. Hacia dónde vamos es la pregunta, no dónde estaba antes. Las preguntas en Argentinas me parecen muy distintas, casi como si no importara dónde vamos sino cómo hacer para no tener esperanza. Curioso.
Las cadenas nacionales, las aplicó Vicente Fox, y Hugo Chávez, Pepe Mujica, Álvaro Uribe y Rafael Correa, por citar otros presidentes. Para todos fue un medio de acercar su mensaje -en especial cuando tienen los Medios de Comunicación en contra- a la población. Pero como el "demonizado" es Chávez, esos mismos Medios de Comunicación, comparan las cadenas nacionales de Cristina con Aló Presidente; viaja el pinche de Magnetto a Caracas y en 2 días ya puede dar clases de la realidad venezolana, y un grupito de señoras con la cacerola llena, salen a golpearlas porque no pueden ver a Tinelli que las ilustrará sobre la importancia de la meditación trascendental, y como las cosas que pasan son las que convienen, como bien saben los desocupados la conveniencia de estarlo; o los hambrientos, las víctimas de la tortura, los presos, los pobres...
Estos cultos como el del señor Shankar, existen en la India hace mucho tiempo. Lo que ha hecho el Imperio del norte es diseminarlo por el mundo, con todo el aparato de que ha dispuesto siempre. La razón, y la opotunidad de hacerlo fue el acercamiento de la Iglesia Católica a los pobres. Después de Puebla, de Medellín, después de papas como Juan XXIII y Paulo VI, de obispos como Helder Cámara, Arnulfo Romero, Angelelli,de Nevares, Hesayne,después de los curas como Mugica, de los palotinos como Kelmeate,de la Serna y los curas de la Opción por los pobres, el Imperio ( o lo que queda de él, que no es poco) sigue invitando al individualismo, al egoísmo.
ResponderEliminar"Si sucede, está bien" dice el "Ravi". Quiere decir : si hay pobres no te metas; el Señor lo ha dispuesto.
Todos los que concurrieron a tocarse las orejas y la nariz para aprender a respirar, los que llenarán Palermo para "aprender a respirar con el gurú", podrían intentar aprender a respirar en alguna de ls Villas del Gran Buenos Aires. Allí podrían aprender a dilatar sus narices y a limpiar sus cerebros, mientras sus manos ayudan a los pibes (o a los padres de los pibes) con alguna tarea.
Ante tanto egoísmo, venga de la India o del infierno, me quedo con aquella súplica del Sacerdote Carlos Mujica, cuando elevó su plegaria: "SEÑOR YO ESTOY DISPUESTO A MORIR POR ELLOS. PERMITEME VIVIR PARA ELLOS".
Es tal cual como vos decís Gerardo. Como casi siempre, sintonizamos.
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