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Muy buena gráfica aunque para mi gusto, se fueron a la mierda |
Eduardo de
la Serna
Sería
absurdo pretender decir una palabra clara
y distinta acerca de las marchas de ayer en mi situación: estando lejos, a
poco de producidas, sin toda la información que sería de desear, y sin haber
participado. Pero igual creo que algo se puede (empezar a)
decir.
En primer
lugar, desde hacía semanas me llegaban correos electrónicos invitando a la
marcha. Correos de desconocidos, y de remitentes falsos, porque no podía
responderlos. En segundo lugar, me parecía razonable pensar que a la/s marcha/s
iba a ir bastante gente, lo cual sería evaluado de diferente modo según el
espectador o lector. Pero que vaya mucha gente (“miles” al decir de todos los
diarios que leí, lo que significa “no-cientos”, tampoco “decenas-de-miles”) no
necesariamente es indicio de sensatez. Multitudes se han convocado por los más
diversos modos, y no siempre fueron –al menos mirando a la distancia- marchas
sensatas. Podríamos recordar el vitoreo a Galtieri por Malvinas, o la “fiesta de
todos” luego del triunfo (sic) del Mundial ’78, la marcha del “Felices Pascuas”,
o las “decenas de miles” de personas que convocó el respirador serial en el
Planetario la semana pasada…
Podríamos
también mirar algunas voces, pre o post marcha, sean la de Amadeo o Patricia
Bullrich, con consignas simples, elementales, obvias… ¡pobres! O el (in)análisis
de Mauricio, diciendo que la marcha era pacífica y no era en contra de nadie, lo
que los cantos coreados o algunos carteles parecen desmentir; o que espera que
“la presidenta tome nota de lo de ayer”, como si él hubiera “tomado nota” del
resultado electoral 2011. Podemos también mirar la columna del ultra-C, por
“Clarín”, Julio Blank que habla de “guerra” (puaj). Y podemos también tener
presente que así como en “tiempos electorales” hay cosas que son “normales” pero
a las que no hay que prestarles demasiada atención (denuncias, actos,
propuestas…), antes del 7 de diciembre, hay cosas que –como Sancho-
“veredes”.
Pero no está de más mirar un detalle que me parece interesante. Los
Medios comentan unánimes la disparidad de temas que fueron abordados por los
manifestantes ayer; en el mismo Clarín, en dos columnas diferentes, se mencionan
grupos de temas bien diferentes: “consignas
contra la corrupción, la inseguridad, la inflación y la
re-reelección”,
dice una; y “«Seguridad,
libertad y justicia»,
los principales reclamos de la gente”, dice la otra en el mismo
diario. Y mirando las cosas que la gente decía y/o cantaba (dejando de lado los
insultos o los absurdos, que imbéciles hay en todas partes; y con esto aludo
también a la palabra “dic/ktadura”) se me ocurre una reflexión: la gente
manifestó, dijo lo que quiso, y no hubo represión ni violencia. Hace 3 días, en
Chile manifestaron contra el golpe de 1973 y hubo represión y violencia (como en
Córdoba hace unos días, acoto). La Corte –de justicia hablamos- acaba de decidir
que el caso de la “Campaña sucia” contra Filmus pase del fuero Federal al fuero
porteño, con lo que parecería ser beneficiado Macri; el tema viajes/dólares
apareció en varios, y la trillada idea de ir a donde quiero, hacer lo que quiero
se repite hasta el hartazgo, sin recordar –o recordando- que hubo un tiempo en
que se podía viajar cuantas veces se quería, y gastar cuanto se quería para
comprar “2”, y gracias a tanta “libertad” individual, el país estalló en miles
de fragmentos. Y acá –creo- está el tema: los cantos, consignas y planteos
(legítimos de expresar, por cierto) eran –al menos en su mayoría- totalmente
individuales: “quiero salir a la calle sin que me roben” era el planteo de la
seguridad; no el bienestar social como “seguridad”; “quiero poder viajar” como
si los “cientos de miles” (mejor dicho, “millones” de pobres alguna vez hubieran
podido viajar sin que nadie levante su voz a favor de ese derecho)… La
multitudinaria “marcha del yo” preocupada por “mis” derechos, se manifestó
coherentemente en que cada “yo” tenía su propia consigna; no había un
“nosotros”, un “Pueblo”, salvo que al extraño momento en el que se cantó “si
este no es el Pueblo…” se le de alguna entidad. Pocas cosas me parecen tan
clásicas de la “clase media” argentina que su “amor al yo”, el mismo de sri sri,
el mismo del “yo, argentino”, o “no te métás”, coherente con el “por algo será”,
o “en algo andaría”. Multitudinarios “yoes” que pareciera que nunca pueden mirar
un “nosotros”… Pero hace ya 200 años que estamos habituados a convivir (¿?) unos
y otros, puerto y pueblos; civilización y barbarie, blancos y negros… De
Proyectos se trata. Pero mientras unos insinúan siempre el deseo por el voto
calificado, otros proponen ampliación de derechos, aunque los calificados (o
clarinificados) “no tomen nota”, total… se han copiado
siempre.
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