Recibí de parte de un amigo de otro amigo, esta nota/investigación escrita sobre el rigor científico de Harvard y la difusión en Clarín de ese rigor científico.
Me pareció importante compartirlo, ya quien lo escribe, sí posee la metodología y el cientificismo de un investigador, y nos dejará las cosas un poco más claras para quienes lo leemos. Por lo menos a mi, que en esto de derrumbar mitos me llevo de los pelos, esta noticia es como que me la esperaba.
Más “noticias” sobre
Harvard University
Dr. Héctor A. Palma
La Universidad de Harvard
ha estado en boca de mucha gente en los últimos días. Sin entrar a terciar en
las polémicas –estériles y de las otras-
que se han suscitado, quiero mostrar una selección de las
investigaciones científicas realizadas en esa prestigiosa universidad, según la
óptica de los grandes medios gráficos.
Clarín[1] señala que “a través de un
extenso experimento con animales, un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard
descubrió que hay 30 genes determinantes del comportamiento sexual y social”. Ese
prestigioso equipo descubrió que existe el “gen de la fidelidad
conyugal, el del amor hacia los hijos y el de la personalidad romántica”. Lo
llamativo es que esos hallazgos se hicieron a través de estudios de
laboratorio del comportamiento de ¡¡¡¡¡¡ratones y moscas!!!!!. Es difícil saber
si los ratones y las moscas aman a sus hijos, pero más difícil es creer que
esos animalitos tengan una personalidad romántica (mucho menos que los
genetistas puedan distinguir entre los románticos y los otros) y mucho menos
que cumplan compromisos de fidelidad “conyugal”. Clarín, 21/7/2005
Científicos de Harvard junto con
otros de la Universidad
de Aberdeen (Inglaterra) descubrieron[2] que “la gente que comparte
creencias políticas se conecta de formas que pueden ser medidas en el cerebro,
lo que ayudaría a explicar posiblemente por qué las divisiones son difíciles de
superar”[3].
La actividad cerebral
detectada, en todo caso, parece ser el resultado y no la causa de las opiniones
divergentes. Por eso, resulta inverosímil y, sobre todo inútil creer que la
investigación “puede conducirnos a una explicación sobre por qué es difícil
comunicarse cuando hay otros lineamientos religiosos o políticos o cualquier
tipo de fronteras ideológicas”[4].
En 2005, el entonces rector de Harvard, Lawrence Summers, reflotando inveterados prejuicios y contradiciendo infinidad de otras investigaciones, dijo: "Las mujeres tienen una capacidad innata menor que los hombres para las matemáticas y las ciencias"[5]
En 2008[6] un estudio llevado a cabo
en la Universidad
de Harvard reveló con una exactitud digna de mejor causa que “casarse con un
fumador sube un 42% el riesgo de ataque cerebral”. Aunque el trabajo señala que
eso ya se sabía (SIC) y no aclara qué pasa en las parejas que están en
concubinato lo más extraordinario es que “ese estudio permitió saber que si una persona no fumadora se casa
con un ex fumador su riesgo es similar a la que tiene como pareja a un no
fumador” (SIC, SIC, SIC, SIC).
Es bien sabido que una buena
calidad de vida, lo cual incluye buena vivienda, buen entorno ambiental y
familiar, trabajo bien pago, acceso al conocimiento, a la salud y a la prevención
de enfermedades, etc. genera estadísticamente expectativas de vivir más y
mejor. Esas condiciones incluyen la posibilidad de más años de educación. Ahora
bien: ¿qué descubrieron “Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard?”[7]. Que “la expectativa de
vida aumentó en ese país en las personas que cuentan con más de 12 años de
educación, mientras que se mantiene sin cambios para quienes solo terminaron la
escuela secundaria”. Hasta ahí uno imagina que se trata del correlato lógico de
una mejor calidad de vida: a mejor calidad de vida, entre muchas otras cosas la
gente va a la universidad y vive más.
Pero no, los científicos que hicieron el trabajo parecen creer que se
vive más por haber ido a la universidad y alardean de la “novedad del estudio,
que centró su atención en la expectativa de vida en relación con el nivel de
educación de la población. Hasta el momento, la variable que se tenía en cuenta
en la mayoría de los casos era la situación socioeconómica”.
Pero en Harvard se estudian
muchas cosas, por ejemplo la felicidad[8]. Y han descubierto que la
felicidad es contagiosa, es decir que no solo depende nuestras acciones y
decisiones y, por qué no de un poco de suerte, sino de las decisiones y
acciones de otras personas. Claro, uno piensa que las decisiones de nuestros
familiares y amigos nos afectan…y eso es cierto, pero estos investigadores van
mucho más allá y no solo han descubierto que “hasta puede transmitirla un
desconocido” sino que con una exactitud realmente… científica afirman: “La
felicidad del vecino de al lado aumenta nuestras posibilidades en un 34%, pero
la de uno viviendo a una cuadra no tiene efecto. Un amigo que vivía a medio
kilómetro de distancia ayudó un 42%, pero el efecto era casi la mitad para los
amigos que estaban a 2
kilómetros. Tiene que existir una proximidad física y
temporal”,
También científicos de la misma
universidad han descubierto que gastar dinero en otras da más felicidad que
gastarlo para uno mismo[9]. Todavía parecen no
haberse complementado estas sabias investigaciones con las anteriores sobre la
distancia. Este gran trabajo de investigación, además de unas 600 entrevistas
previas, se “completó” cuando “el equipo interrogó a 16 empleados (si….16 empleados) de una empresa
que estaban por recibir una bonificación que oscilaba entre los 3.000 y los
8.000 dólares (…) interrogó a los empleados sobre su nivel de felicidad antes y
después de recibir el dinero y les preguntaron cómo lo habían gastado. El monto
de la bonificación no incidió en el nivel de felicidad que sentían. La
cantidad, en cambio, gastada en otros o donada a la caridad sí demostró incidir
en los niveles de felicidad de estos empleados”.
El Dr. Dean Hamer, doctorado en
Harvard (aunque ahora trabaja en otro lado), ha sido incluido en la lista de
libros sobresalientes por 'The New York Times' y ha obtenido numerosos premios entre los que se
destaca: 'Ariens Kappers Award for Neurobiology'. Hace un tiempo había
anunciado el “descubrimiento del “gen gay”[10] en un trabajo que luego
fue ampliamente refutado por muchos otros científicos. Más tarde anuncio el
descubrimiento del “gen de la religiosidad” en un artículo del London Sunday Telegraph justo en ocasión
de la publicación de su libro “El gen de dios”.
Cuánto de lo que se dice
aquí hay que cargar a la cuenta de los científicos
y cuánto a la cuenta de los periodistas habrá que indagarlo. Habrá que ver si
se trata de malos artículos periodísticos sobre buenos trabajos científicos, o
si son malos artículos periodísticos sobre malos trabajos científicos.
Asimismo, cuántos científicos mediocres y oportunistas hay en Harvard también
deberá ser analizado. Este brevísimo artículo no pretendía sacar ninguna
conclusión general sino solo llamar la atención acerca de algunas “noticias” sobre Harvard University.
No obstante, hay mucho más en mi último
libro: Infidelidad genética y hormigas
corruptas. Una crítica al periodismo científico, Editorial Teseo, 2012. De
allí fueron tomadas las notas periodísticas usadas más arriba.
[1] Clarín, 21/7/2005: “Los genes de la infidelidad, el amor y la personalidad, al desnudo”
[2]
Clarín, 20/3/2008, “Detectan en el cerebro cómo la gente que comparte una
ideología se comunica mejor”
[3] En la misma universidad ya habían descubierto otros
genes. Véase Clarín, 25 de abril de
2001, “Descubrieron el gen que enloquece a los golosos”
[4] En la misma línea véase: Clarín, 11/9/2007, “Detectan que existen cerebros "de derecha" y "de izquierda". Aunque se trata de otra prestigiosa universidad y no de Harvard.
[5] Clarín, 27/7/2008: Matemática: las chicas sacan igual puntaje que
los varones.
[6] Clarín, 1/8/2008:
Casarse con un fumador sube un 42% el riesgo de ataque cerebral.
[7] Clarín, 11/3/2008; “Afirman que aumentó la expectativa de vida entre los universitarios”.
[8] La
Nación, 13/12/2008: Afirman que la felicidad es contagiosa.
[9] Clarín, 22/3/2008: Gastar más dinero
en otros que en uno mismo provoca felicidad.
[10]
Clarín, 18/6/2008: “Un nuevo estudio dice que gay se nace y dispara la
polémica.”
Gracias Gustavo
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